Los Almacenes Ecommerce, la estrategia para salvar la crisis de suministros

Madrid, 17 de diciembre del 2021.-  Numerosos fabricantes y comercios on line contratan almacenes para proteger las reservas de sus pedidos ante un colapso de la cadena de suministro. La próxima semana, por ejemplo, los transportistas tienen anunciado un parón de su actividad, lo que perjudicará al normal funcionamiento de cualquier cadena de suministro.

Ecomvalue 21, partner logístico de las tiendas digitales, dispone un almacén de 3.000 m2 en Madrid para cualquier compañía que busque m3 para sus mercancías. Una estrategia logística de prevención es la que están adoptando marcas de los principales sectores económicos. El Periódico El Mundo ha publicado hoy, 15 de diciembre, la siguiente información:

“Los almacenes están a pleno rendimiento a falta de sólo unas semanas para Navidad. El auge del e-commerce durante la pandemia llevó sus capacidades casi al límite y la crisis en la cadena de suministros ha terminado de agotar el poco margen que tenían. El bloqueo en la distribución mundial no sólo ha disparado los precios, sino también la necesidad de espacio para guardar provisiones de futuro y eso ha convertido a las naves y almacenes logísticos en un codiciado activo para el mercado”

«Siempre es difícil adelantar cifras concretas, pero este ha sido un año muy positivo para el sector logístico en España y las expectativas generales nos hacen creer que podríamos cerrar 2021 con un total de inversión logística entre 2.200 y 2.300 millones de euros, lo que supone un crecimiento de casi el 50% en el volumen comparado con el cierre de 2020″, apunta Federico Bros, responsable de inversión y gestión de activos de M&G Real Estate para Iberia. No obstante, el experto admite que es difícil cuantificar cuánto corresponde a la eclosión del e-commerce y cuánto a la crisis de suministros”.

«Existe una gran preocupación entre las empresas a que se repita la ruptura de stock de hace unos meses y quieren asegurarse de tener suficiente almacenamiento», especialmente de cara a las próximas fechas, añade Bros. «La cifra de contratos de arrendamientos es la mejor de los últimos 10 años y los nuevos productos que se están desarrollando no se hacen con fines especulativos, sino que son proyectos de llave en mano y en muchos casos ya cerrados antes de estar terminados».

Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en España se entregan 1,5 millones de paquetes de media cada día. Este dato recopilado por la consultora Deloitte sirve para ilustrar la explosión que el comercio online ha experimentado en los últimos años, y que se ha visto acrecentada por el confinamiento obligado por la pandemia.

El volumen de negocio de este sector ha pasado de 3.400 millones de euros en 2013 a más de 14.000 millones a finales de 2020, Además, como muestra el gráfico que hay sobre estas líneas, la cifra no dejó de crecer cada trimestre hasta finales de 2019.

Después vino el parón por la pandemia. Sin embargo, desde finales de 2020 «la demanda sigue siendo la misma, porque nos hemos habituado más al comercio electrónico», pero «la oferta ha disminuido», explica el decano de la Facultad de Tecnología y Ciencia de la Universidad Camilo José Cela, Tomás García.

Este desequilibrio es quizás el principal detonante de la crisis que estamos viviendo actualmente. Por eso, tanto García como el resto de expertos consultados plantean la necesidad de reflexionar sobre el funcionamiento de esta cadena: «Quiero que sea barato, quiero hacer un clic, que esté inmediatamente en mi casa y que el transporte sea gratis, pero todo eso tiene un coste».

El ciudadano tiene que asumir un papel importante en este proceso de cambio, coincide Cristian Castillo, aunque añade que no puede llevar toda la carga. «No hay que estigmatizar el comercio electrónico, que ha venido para quedarse», argumenta el profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Al contrario, añade, «hay que transformarlo para que sea lo más sostenible posible«.

En este sentido, la consultora Deloitte propone comenzar por la parte de la cadena que más cerca está de nosotros, la de la distribución de última milla, que supone en torno al 40 % del coste logístico, según sus cálculos.

Para ello, en febrero de 2020 elaboró un estudio con más de una decena de «habilitadores del cambio». Son medidas que van desde la infraestructura y la tecnología hasta la legislación y la colaboración entre empresas y Administraciones, cuyo impacto puede medirse desde el punto de vista de la sostenibilidad y desde el alivio de la congestión urbana, pero también como una manera de mejorar la eficiencia de la cadena logística.

Al tiempo que crece entre la población una conciencia ecológica, el consumidor se ha acostumbrado a no pagar nada por una logística urgente. A pesar del descenso de los últimos meses, el INE calcula que el transporte y la alimentación supusieron casi el 12 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020.

Para reducir este impacto, la consultora destaca cinco posibles acciones con capacidad individual para restar más de un 20 % de los kilogramos de CO2 que se emiten por cada paquete.

La más importante para garantizar la sostenibilidad de la cadena es la renovación y electrificación de los vehículos. Flotas de furgonetas, cuya edad media supera los 11 años, y camiones, de los cuales el 77 % rebasa la década de antigüedad, según las estadísticas de la DGT. Renovarlos y sustituirlos por vehículos eléctricos supondría una reducción de casi el 30 % de las emisiones por envío, de acuerdo con los cálculos de la consultora.

Por otra parte, acciones como apostar por la distribución nocturna en algunos sectores comerciales, por que las empresas compartan cargas para aprovechar todo el espacio de cada vehículo (load pooling) o la utilización de herramientas tecnológicas que permitan gestionar de una forma más ágil los puntos de carga y descarga podrían ayudar a reducir la cantidad de vehículos por kilómetro cuadrado en las ciudades, donde el transporte de mercancías es el responsable de en torno al 20 % de la congestión del tráfico.

Según el informe anual sobre la evolución del sector postal de la CNMC, este mercado creció un 9 % en 2019, hasta los 5.313 millones de euros. Lo hizo especialmente impulsado por el segmento de la paquetería, que se agrandó un 11,7 % en ingresos y un 1,4 % en envíos. Sin embargo, tal y como reflexiona el profesor Cristian Castillo, «el consumidor tiene que ir aceptando otra variedad de entregas«.

Transitar del reparto puerta a puerta hacia la recogida en puntos de conveniencia y taquillas inteligentes sería otra forma de atajar los problemas medioambientales y, a la vez, mejorar la eficiencia logística del transporte.

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